CIPAC Journal on educational practice

Presentación

Luis Porter Galegar

Una nueva ventana

Invitar a imaginar una nueva revista dedicada a la educación en sus diferentes niveles, equivale a visualizar un lugar de reunión e intercambio, no diferente al de la sala de una casa o al espacio abierto de una cafetería. Si quisiéramos ilustrar con metáforas la idea de una revista dedicada a la educación, diríamos que ese espacio de difusión pública, que nace de una escuela (o de un centro de educación superior), es semejante una ventana.

La ventana es el elemento arquitectónico destinado a dejar entrar la luz y el aire, y es por la ventana que nos asomarnos al mundo, o el que pasa allá afuera, atisba hacia el interior movido por su curiosidad. Las metáforas, sin embargo, no terminan aquí. Ese punto de reunión puede disponer de mesas ante las que se acomodan círculos de amigos que se citan allí para conversar.

Las conversaciones de esta revista-ventana, pueden abarcar infinitos temas y el intercambio puede adquirir diferentes formatos. Generalmente se origina un diálogo entre varios, que entendemos como una conversación, semejante a una obra de teatro, o alguno de los presentes puede dar una charla o un discurso, que escrito tomaría la forma de un artículo.

También podrían cantar en coro, lo que daría lugar a la poesía, o abrir sobre la mesa, un álbum de fotografías, lo que lo haría visual, ilustrativo. Si bien las cafeterías continúan siendo parecidas al famoso "café" de Francia, o a las "confiterías" de Buenos Aires, el concepto de una revista, ha vivido en los últimos tiempos, radicales cambios y nuevas interpretaciones.

La tecnología editorial, la imprenta, ha permitido e invitado a imaginar nuevas alternativas de entre las múltiples opciones de comunicación. Eso ha puesto en cuestionamiento la revista tradicional como la conocíamos tocando incluyendo y particularizando las que se producen en una institución de educación superior.

Hoy la revista de papel se ha visto desafiada por las revistas digitales interactivas, de la palabra impresa hemos pasado a compartir en la pantalla conversatorios, debates, resultados de investigaciones, opiniones de expertos, reportajes, proyectos escolares, diálogos, ensayos, poesía, literatura, audios y videos, eventos en vivo, grabaciones, animaciones, material multimedia, y la lista continúa en una sociedad cambiante basada en la información que explora nuevas posibilidades, objetivos y modos de socialización.

Estos hoy se dan utilizando dispositivos abiertos y plurales, interconectados en red. Vivimos en una sociedad en la que se diversifica la oferta, marcando una ruptura en nuestra manera de ver la historia, el pasado, y la forma de concebir el futuro.

Comparar una revista con una ventana y una escuela con una cafetería, no deja de ser una visión romántica, con el propósito de gestionar contenidos sensibles y humanistas, apelando una vez más al arte gráfico y al diseño artístico. La ventana, de por sí, es un elemento cargado de poesía. "No importa si la casa es chica, mientras haya una ventana" dice un autor, mientras otro nos dice: "Cuando estoy parada en la ventana, no estoy en casa", “Si te sientes solo acércate a una ventana, verás que por allí entra el mundo y con él la certeza de que la soledad no es posible cuando el universo te acompaña.”

Nadie puede encerrar nuestra mirada cuando nos acercamos a una ventana. Mirar por la ventana nos lleva hacia confines remotos. ¿Cuál es la situación actual de estas ventanas abiertas a la educación? ¿Que debe estar presente en nuestra conciencia cuando inauguramos una revista nueva? ¿Qué nuevas metáforas se abren al reflexionar sobre este tema?

El problema de la evaluación externa

Hace medio siglo atrás las instituciones de educación superior centraron sus esfuerzos en el nivel de licenciatura, siguiendo una lógica que iba con las condiciones reales existentes, que auguraba un desarrollo natural de la educación. A partir de los años ochenta se optó en las políticas de la educación por un desarrollo artificial, impuesto desde centros hegemónicos de poder (OECD, Banco Mundial, Carmegie Foundation, documentos parlamentarios publicados como "documentos de dirección" como el Libro Blanco) mismos que sirvieron de modelo a lo que impuso la Secretaría de Educación Pública (SESIC-SEP).

Esta política conocida como "estímulos a la permanencia y el desempeño", convirtiendo las diversas actividades académicas en puntos. El posgrado se convirtió en la principal fuente de puntos, sobresaliendo la publicación de artículos, capítulos, libros, por lo que la producción editorial proliferó, así como todo aquello que se convirtiera en constancia, diploma, certificado, reconocimiento, como evidencia del trabajo hecho.

A falta de planificación institucional efectiva, se impuso la evaluación externa, utilizando un lenguaje empresarial. Se trasladaron modelos propios de países desarrollados, se adoptaron jerarquías ajenas, se puso énfasis en las ciencias duras y la investigación en perjuicio de la docencia, a la labor individual frente a la colectiva, a lo técnico y científico, frente a las ciencias que llamaron blandas.

Estas circunstancias hicieron que la vida intelectual pasara a ser un "currículum vitae", donde toda acción era medida, evaluada y sumada al CV. Esta política fragmentó a la comunidad universitaria, generó una diversidad de modelos y misiones de las instituciones, desniveles entre sus subsistemas, baja capacidad de vinculación entre ellas, y otros resultados en nombre del fortalecimiento de la ciencia, la tecnología y la innovación, que obligó a las instituciones a multiplicar, no siempre con la infraestructura necesaria, el posgrado.

En síntesis, la ponderación de ciertos indicadores convirtió a las revistas en espacios de evaluación de la producción académica y, con ello, trastocaron conceptos como el de calidad editorial y visibilidad, haciendo a un lado otras formas alternativas de expresarse y de comunicarse.

El posgrado y las publicaciones

Podríamos decir que, en aquellos largos sexenios del neoliberalismo, se cerraron ventanas y se abrieron tragaluces para medir desde arriba nuestra labor de académicos y transformarla en puntos o bonos, afectando negativamente los usos y costumbres tradicionales, es decir, la conducta cotidiana de la comunidad. El día de hoy, aquél que busca superarse por medio de la educación formal, está obligado a hacer un posgrado, y en la creciente oferta de programas de este tipo, le espera un esquema limitado y contradictorio de posibilidades.

Para ilustrarlo esbozaremos dos extremos de lo que el licenciado puede encontrar: 1) El posgrado que se asume como elitista y hace gala del autoritarismo, es decir marcadas jerarquías y poca horizontalidad. En este ejemplo, el estudiante debe someterse a arbitrariedades (tanto por parte de la planta académica como de la administrativa). dentro de un modelo que confunde calidad con rigor, la disciplina con sacrificio, antes que, como una elección libre, y la relación maestra/alumno e institución/alumno, con la incompatibilidad propia del choque generacional bajo una cambiante cultura juvenil, en rápida transformación.

Vale hacer aquí un paréntesis para señalar las actuales movilizaciones de los estudiantes en la UNAM, que se suma a la valiente lucha que vienen sosteniendo las mujeres, cuya ira digna, las ha movilizado con decisión y firmeza. El otro extremo de las alternativas sería un modelo de posgrado, donde el alumno es tratado como un igual, donde impera la libertad y el respeto mutuo, en la que se participa como parte de una comunidad, y el trabajo o la labor no se concentra en el individuo, sino en la comunidad y sus colectivos.

Un posgrado donde se concibe la ciencia con un sentido amplio, con razonamientos y evidencias, y no como un dogmatismo. Ciencia que asume el sentido de igualdad, evitando el sufrimiento, y aportando al bienestar del estudiante. Entre estos dos extremos, es amplia y variada la gama producto de los pros y contras que la oferta muestra. No abordaremos aquí otros graves problemas como los disímbolos conceptos de tesis que estos posgrados enarbolan, el papel que debe jugar el tutor o director/a de tesis, el limitado número de plazas para el posgrado que las universidades públicas ofrecen, los criterios de admisión, la falsa idea de que no hay rechazados, etc.

El fomento a la lectura y escritura

Vivimos en un medio ambiente cultural donde se lee poco y se escribe menos. Un análisis de datos acerca del hábito de la lectura y la escritura en los estudiantes y en los docentes nos lleva a constatar que leer y escribir son actividades muy por debajo del promedio. Siendo un tema sensible políticamente, los estudios tienden a ser o muy específicos o muy generales, por lo que es útil y recomendable indagar personalmente sobre el hábito de leer y escribir, utilizando el círculo de colegas y estudiantes a nuestro alcance.

Tendremos así constancia de la necesidad urgente de estimular la lectura y la escritura. Estas condiciones aquí expuestas en forma sintética, nos regresan al tema que nos ocupa, la nueva revista no puede dar por dado el escritor que la alimente y el lector que la consuma. Estará obligada a participar en el fomento al gusto por la lectura y la escritura. Esto obliga a hacer a un lado el formato tradicional a base de artículos siguiendo el formato de un documento, e incorporar otras formas de expresión, de uso de nuestro lenguaje, de formatos. Esto cambiaría el concepto de dictamen a otro tipo de filtro y revisión de contenidos. En suma, el modelo tradicional de una revista se encuentra fuera de lugar, y es necesario replantearla de raíz. Señalaremos a continuación algunos elementos que pueden dar un giro drástico en su diseño y concepción:

• a) Estimular la adicción a la lectura y el placer de escribir desde la revista. Para ello, las colaboraciones deben de liberar reglas de juego que sean desestimulantes, o que busquen un "profesionalismo", innecesario y distante, es decir, dar lugar a otro tipo de colaboración, más espontáneo y natural, como el que se ejerce cotidianamente en las plataformas en el Internet.
• b) Pensar en una tipología de tipos y formatos, usos del lenguaje, que busquen nuevas vías de expresión. El borrador asume de esta manera una nueva categoría y se lo juzga como material de trabajo en proceso, y no como versión final.
• c) Convocar y reunir a miembros de la comunidad, promoviendo desde la revista la armonía, por medio de reuniones, convocatorias, acercamientos, pensados para superar diferencias, resolver conflictos, servir de foro, de puente, de escenario. La revista pondera la amistad que se establece en ese punto de reunión donde se despliegan formatos novedosos, se entretejen redes, y se promueve la escritura a partir de temáticas actuales, o un marco que puede estar basado en talleres-guías, proyectos, y otros acompañamientos, de manera que resulte espontáneo y cotidiano comunicarse por escrito.
• d) Dejar atrás la idea de calendario y fechas de entrega, abandonando plazos y sustituyendo la periodicidad por una frecuencia continua, que va actualizando en continuo y en vivo, periódicamente, creciendo y disminuyendo, al compás del sístole y diástole de la vida cultural y académica.
• e) Lo anterior permite publicar más artículos en menor tiempo en beneficio de los autores, quienes no tendrían que esperar para ver sus trabajos en sucesivos números, porque el número es uno y el mismo, con sustituciones periódicas de contenidos y archivos donde encontrar y consultar, siguiendo el ritmo de los datos y actualizando la pertinencia de la continuidad y los resultados de investigación, evitando que corran el riesgo de perder vigencia.
• f) Tener como base los relatos de sus colaboradores de carácter autobiográfico, entendido como hablar acerca de lo que está en ese instante haciendo, aprendiendo, estudiando. Sus notas son borradores y textos provisorios, entendido como “material de trabajo" publicable bajo estos nuevos criterios. El interés y aprecio a su particular tema, atrae a colegas, cuyo trabajo se complementa y promueve una potencial amistad compartiendo búsquedas.
• g) No olvidar la metáfora de la mesa de café, que personifica la horizontalidad de una revista flexible e informal de encuentro. "De todas las conversaciones que establecemos con los demás, la más libre de todas es la que se da en la amistad alrededor de una mesa de café" dijo la filóloga Liliana Weinberg. Para que el colaborador se suelte a escribir, debe sentir que la revista es un lugar que simboliza la práctica de la sociabilidad: hecha con gente de ideas que se relacionan libre y fructíferamente junto a las imágenes que evocan e inspiran a la persona creativa que todo intelectual universitario es.

Conclusiones

Una revista así, como la vamos bosquejando, refleja la institución de la que nace, es resultado de un proyecto de liberación educativa. En este caso es el Centro Internacional de Posgrado A.C. CIPAC, creado en Villahermosa, Tabasco, para beneficio de la sociedad, puente entre las etapas definidas por la educación formal, centro con forma de círculo, metáfora de la fraternidad, que podemos visualizar como una ronda de personas cogidas de la mano. CIPAC está conformado por un equipo de docentes con la suficiente información e inspiración para idear y aplicar nuevas estrategias pedagógicas que se reflejan en la escritura que lleva a la adicción de la lectura.

El conocimiento es el eje, pero la médula es que cada participante pueda reafirmar su propia identidad, a través del fortalecimiento de la relación con ellos mismos, con el material de sus experiencias que llamamos autobiográficas, como temas de trabajo reflexivo.

Así como no queremos revistas a la antigua, obsoletas, se rompe en CIPAC con la idea de un currículum fijo, o de un programa dividido en contenidos y materias.

Preferimos partir del vínculo personal, de la comunicación que crea las condiciones para que el que va por un posgrado, se encuentre ante un espejo que lo lleva a su re-descubrimiento. ¿Cómo?, enfrentando nudos o conflictos, alentando la armonía consigo mismo, entendiendo porque escogió el tema en que está investigando y profundizando, escudriñar si tiene que ver con su pasado, con sus raíces, y de esa manera prepararse para un retorno más claro y firme a su presente.

Por último, concebir una nueva revista hoy, cuyo objetivo es ayudar al conocimiento de nosotros mismos, cumple con su labor educativa, no se queda en la difusión y asume un compromiso diferente, el de invitar al potencial colaborador a que hable de lo que le interesa, que en todos los casos es, aquello que busca conocer, el conocimiento nuevo, de lo que aún no sabe, que es a su vez continuación de lo que ya sabe.

La gente estudia porque quiere saber, y no porque ya sabe. No pone el foco en lo que ya sabe, sino en lo que le falta por saber. Como esa carencia es infinita, el interesado en seguir aprendiendo tiene frente a si una labor interminable, que va de la sombra a la luz, y regresa a la penumbra de lo que intuye y cree saber.

Al hurgar y escudriñar entre la luz y la sombra, el potencial escritor que presenta su trabajo reflexivo ante una nueva revista, entra en esa sensación o sentimiento indefinible de que algo está a punto de suceder.

Su mirada se agudiza, los sentidos se dilatan, y sobreviene un impulso, una fuerza que se convierte en una imagen, en una metáfora, en un texto, una imagen, un sonido, y es así como imaginamos, es decir, es así como inventamos, y a partir de ese instante nuestra identidad se fortalece y nuestra vida cambia.

Todo esto sucede en el diámetro mínimo, en el mínimo lazo de algo que nos es común: una revista concebida desde la libertad representada o ilustrada con imágenes, capítulos, testimonios que tienen como telón de fondo el campo, la Sierra, el Valle, la confluencia de dos caminos, un río en movimiento, una orilla, una escuela. Sea cual sea ese lugar, se convertirá en la puerta de acceso al espacio-tiempo de la inteligencia sensible, de la emoción estética que contiene la poesía que revela quiénes somos.

Entonces estaremos escribiendo una pieza que habla de nosotros mismos y de nuestros estudios, reflexiones, ideas, sentimientos, mismos que nos revelan, y al revelarnos, las leemos como un fragmento de nuestra vida, es decir, de nuestra auto-biografía.